La Casa de la Cultura Francisco Rabal acogió ayer la presentación del libro "Un encuentro interminable", de los literatos Mariaje López y Salvador Robles Miras. El escritor alemán Klaus S. Neumann fue el encargado de abrir y cerrar el acto con la lectura de varios relatos incluidos en este original libro, en el que los dos autores mezclan su obra sin dar pistas sobre la autoría de cada texto. "Un día los dos espejos (aquel en el que se miraba la escritora y aquel otro en el que se miraba el escritor) se encontraron frente a frente, e hicieron lo que todos los espejos hacen cuando se encuentran: se miraron el uno al otro y compartieron sus reflejos. Entonces las palabras se multiplicaron y las simples imágenes engendraron imágenes infinitas".
La edil de Cultura, encargada de presentar el libro, destacó precisamente esta sinergia literaria, de una generosidad inusual, que hace de "Un encuentro interminable" una obra tremendamente original y atractiva. Pocas veces un escritor se despoja de su autoría para fundirse con la obra de otro escritor en un acto de confianza desnuda y de admiración sincera. Así lo reconoció Mariaje López, quien confesó que era todo un honor ser parte de este libro, junto a Salvador Robles, que hizo apología de la lectura y la escritura como manera de vivir otras vidas y trascender los límites del espacio y el tiempo.
Además, el acto culminó con un homenaje, por parte del Ayuntamiento de Águilas a Manuel Robles, quien recibió de manos de la alcaldesa de Águilas, Mari Carmen Moreno, una placa en reconocimiento a su trayectoria humana y literaria. "Lo más importante de la tarde ha sido la emoción de Manolo, padre de Salvador, al recibir ese pequeño reconocimiento a toda una vida", señaló la primera edil. "Fue un acto lleno de emociones en el que don Manuel Robles fue homenajeado por su trayectoria "de vida y letras". Don Manuel es ejemplo de sabiduría, de sabiduría de la buena, de la que dan los años de vida y experiencia", apuntó Maido Simó. Y es que este nonagenario aguileño demostró, no solo su envidiable lucidez mental, sino que dio a todos los presentes un ejemplo de humildad y superación al confesar que siendo autodidacta y habiendo asistido a la escuela tan solo tres meses en su vida, escribe y lee cada día.