Javier Hernández Espinosa, un joven artista aguileño de tan sólo 23 años, ha concluido estos días una de sus obras más llamativas, una pintura de gran formato sobre un conjunto de muros en el Puerto de Águilas.
El autor, que actualmente está finalizando el grado en la Facultad de Bellas Artes de Granada, ha proyectado su trabajo final de carrera en esta original iniciativa pictórica. Para ello, sólo se le han facilitado los materiales necesarios, desempeñando su tarea de forma altruista.
Espinosa, como le gusta firmar sus cuadros, ha agradecido la confianza que han depositado en él tanto el Ayuntamiento de Águilas como el arquitecto Jorge Sotelino, posibilitando que esta colorida actuación sea hoy una realidad.
Antes de llevar a cabo esta obra, Javier preparó más de cuarenta bocetos, de los cuales eligió tres para adjuntarlos a la solicitud efectuada a la dirección general de Puertos, pidiendo la correspondiente autorización que finalmente le fue concedida.
El artista ha explicado que los trabajos se iniciaron con la reparación de los muros, encementándolos e impermeabilizándolos, ya que las paredes estaban en muy malas condiciones. Seguidamente, los pintores imprimaron todo y cubrieron las superficies con los colores que Javier había elegido previamente. Una vez que estos finalizaron, comenzó la labor creativa de Hernández Espinosa.
Según relata el autor "estando en el puerto me puse a observar lo que tenía a mi alrededor y comencé a pintar. Todo lo he ido trabajando sobre la marcha, improvisando formas y colores, siempre fiel a mi estilo y teniendo como patrón aquello que he querido representar".
El resultado ha sido un conjunto mural, lleno de color y formas diferentes, que cuenta historias cargadas de simbolismo. Podemos encontrar un monumento a la pesca y a las antiguas marrajeras, así como a seres mitológicos como Escila y Caribdis que se entrelazan en una de las superficies más grandes.
"Ha sido un reto muy grande, ya que nunca había pintado sobre pared (normalmente pinto sobre tablas o lienzos) y menos en esas proporciones. Lleva muchas horas de trabajo, días y noches, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Ha sido un honor realizar este proyecto y compartir espacio con el artista Manolo Coronado, cuya escultura está situada en mitad del paseo. Tengo que agradecer al pueblo de Águilas el apoyo que he recibido durante todo este tiempo y especialmente a mis amigos que me han ayudado mucho. También he de mencionar la maravillosa colaboración de dos personas, Paco y Nohek, con los que he desarrollado un trabajo conjunto en la parte que da al mar, donde ellos han realizado un graffiti en los dos extremos de mi obra", ha concluido Javier Hernández Espinosa.