Nadie esperaba, que el derbi jugado en la noche del miércoles, sería como la batalla de "Troya". Si que existe rivalidad entre los dos equipos, pero desde hace tiempo, no se vivía un derbi tan peligroso como este último, incluso puede resultar difícil describir lo ocurrido por ambos equipos o en las gradas.

Un partido, que quedó marcado por la lesión del jugador visitante Aday Santana (fractura de mandíbula) en una jugada entre Xavi y el propio jugador lorquino. Al parecer, según testigos directos en ese mismo momento, no había balón de por medio, o por la expulsión de Antonio Robles tras dar un codazo a Omar. Jugadas, que a pesar de la rivalidad, no deberían de producirse en un partido de fútbol y mucho menos amistoso.

Sería difícil, poner nota a los aficionados lorquinos situados en la grada oeste de El Rubial (detrás de una de las porterías), no por los canticos de "puta Águilas" o "puta Hoya" que es lo de menos, si no porque en una ocasión, un individuo de la peña Orgullo Lorquino, saltó al campo tras una tangana en los banquillos, pero la rápida intervención de sus propios compañeros, no llegó a más. Después de ese instante, otro miembro de la peña lorquina, quiso saltar al campo para encararse con el portero aguileño salva.

La suerte en este caso, es que solamente, son los típicos energúmenos que hay en todos lados y todos no son iguales. A pesar de todo, pueden presumir de tener una gran afición que se pasan noventa minutos cantando y animando a su equipo, algo envidiado por El Rubial.

El Partido

Durante los noventa minutos de partido, poco fútbol se pudo ver reflejado, sobre todo en la primera mitad. No habían pasado ni dos minutos y Aday se tuvo que retirar conmocionado tras el golpe sufrido en su rostro.

No se podía destacar nada excepto alguna jugada de peligro de los aguileños hasta el gol, que llegó en el minuto veinticuatro con un remate de Edu Luna tras el centro desde la izquierda.

Anteriormente, Antonio Robles era expulsado por el codazo antes nombrado a Omar Saura.

La segunda mitad transcurrió con más tranquilidad, notándose aún los nervios de la primera parte. Cinco minutos tras la reanudación, Emilio pasa en profundidad a Perico, quedándose solo ante el portero lorquino que despejó su disparo a córner. El mismo Perico sacaba el córner directo al palo.

Cinco minutos más tarde de esa jugada, Perico centraba desde el vértice del área al punto de penalti, donde se encontraba Andrés Carrasco para rematar al fondo de las mallas.

Tan solo una jugada más que nombrar a la media hora de la segunda parte. El colegiado señalaba penalti por mano de Cristóbal, el propio Perico, desperdiciaba la pena máxima enviándola al palo.

Nada más que añadir, en esta batalla que finalizó con intercambio de palabras en los vestuarios entre jugadores lorquinos y aguileños.