Este jueves, 12 de noviembre, será un día señalado en las celebraciones del municipio de Abarán. En esa fecha, la imagen de San Martín I desfilará en procesión para que los ciudadanos del municipio recuerden al que fuera, hasta más o menos el año 1778, Patrón de la villa.
Tal y como ya ocurriera el pasado año, un grupo de fieles de la parroquia de San Pablo están organizando distintos actos, a celebrar todos ellos en la tarde del citado día 12.
Así, a las 19:30 horas, se celebrará una Misa en la iglesia de San Pablo.
Seguidamente, habrá procesión con la imagen de San Martín I por las calles aledañas a la parroquia, y por último, se celebrará una barbacoa (marranada de San Martín) en la Plaza Vieja.
Haciendo un poco de historia
Según algunos datos recogidos por el cronista oficial de Abarán, José D. Molina, no se conoce, a ciencia cierta, si el culto a San Martín en Abarán fue anterior o posterior al de los Santos Médicos, aunque sí que existen documentos, en el inventario de los bienes que la Orden de Santiago poseía en los pueblos del Valle de Ricote en 1508. En esos datos, y en la relación de imágenes que había en el Altar Mayor de nuestra Iglesia, se encuentra una de San Martín, Papa y Mártir, como Patrono de esta villa.
Por otra parte, el patronazgo de los Santos Médicos en nuestro municipio data de principios del siglo XIX. Debido a las enfermedades, sobre todo, al cólera, que azotaron nuestra tierra en este tiempo, la devoción a San Cosme y San Damián fue en auge, mientras que el culto a San Martín, por el contrario, fue decreciendo, hasta quedar reducido a una Misa en su día (12 de Noviembre). En esa celebración se pide al santo que evite las heladas de la huerta.
San Martín I. Papa y Mártir
San Martín fue el último Papa martirizado. Nació en Todi, Italia, y se distinguió entre los sacerdotes de Roma por su santidad y su sabiduría.
Fue elegido Papa en el año 649. Murió más de padecimientos y de falta de lo necesario que de enfermedad o vejez, en el año 656. En Constantinopla, donde había sido tan humillado, fue declarado santo y empezaron a honrarlo como a un mártir de la religión.
En la Iglesia de Roma se le ha venido honrando entre el número de los santos mártires.