Paulo Freire decía: "La autosuficiencia es incompatible con el diálogo. Los hombres que carecen de humildad, o aquellos que la pierden, no pueden aproximarse al pueblo".
Atónitos y estupefactos nos hemos quedado con las manifestaciones vertidas por el Sr. Evedasto Lifante (Pedáneo de Barinas) hacia uno de sus vecinos con el que, al parecer, llegó a un acuerdo; pero claro, si su jefe llegó a llamar "sinvergüenzas" a todos los ciudadanos, ¿por qué él no puede hacerlo a uno solo?
"Es un loco y un drogado, ha estado en la cárcel". Este tipo de comentarios (aparecidos en un medio de comunicación), deja claro que las personas se degradan cuando no hay humildad; y es que la suya es la de estar ya satisfecho.
Achacar a una persona que tenga abierto un establecimiento de dudosa reputación y ubicado en un lugar poco apropiado, sí hemos de reprochárselo, porque esto no es ni más ni menos que lo que él hizo en su día con un famoso club de alterne que muy orgullosamente (para sus propietarios) se publicitaba en algún autobús que circulaba por Murcia. ¿Por qué esos "pétalos" sí podían mostrar todo su esplendor y estas otras flores han de estar marchitas para sus ojos?
Sorprende el titular sobre su "salto a la política", diciendo que lo llamó el alcalde y no se pudo resistir a sus encantos. Nosotros tenemos otra información totalmente diferente y sería más correcto decir todo lo contrario. En los pueblos todo se sabe y todo se dice, y cuando alguien se decide a denunciarlo por incumplimiento de palabra o compromiso, entonces surgen los descalabros, los insultos, los menosprecios y las descalificaciones. El orgullo lleva consigo un castigo, y es la necedad.
El Sr. Evedasto Lifante no es el más indicado para hablar absolutamente de nada ni de nadie. Para descalificar a los demás hay que tener la boca muy limpia y la espalda muy vacía, y ese no es su caso porque, recapitulando:
Este hombre ya fue denunciado en su día ante el TSJ de Murcia por adquirir unos convenios urbanísticos para dos de sus empresas "Musa y Eve" y "Yacimientos del Mediterráneo" con dos PAGARÉS sin fondos, que se hicieron efectivos al año y medio, el mismo día que fue denunciado por la oposición, y sin recargo de ningún tipo cuando sólo tenia 15 días desde su firma para hacerlos efectivo.
Hace unos años pretendió llevar a cabo el desarrollo de un convenio urbanístico en el Paraje del Churrusco conjuntamente con Trampolín Hill con una licencia de "movimiento de tierras". Sencillamente escandaloso.
Volviendo a lo más reciente, IUMA ha presentado una serie de preguntas al Ayuntamiento de Abanilla, porque parece ser que la explotación de la barra de la piscina municipal se la han adjudicado a este hombre para recaudar fondos para las fiestas patronales, y no tenemos conocimiento de que se haya publicitado dicha concesión, ni exposición en el tablón de anuncios, ni plicas presentadas y, ni muchísimo menos qué compensación reciben las arcas municipales que están más tiesas que la mojama. Lo que sí sabemos es que los socorristas y el mantenimiento de la piscina lo pagaremos todos los ciudadanos del municipio de Abanilla. "Para unos la harina y para otros la pecina".
Permítanos, Sr. Lifante, darle unas pautas de comportamiento por el cargo político que ahora mismo ocupa, que es el de REPRESENTANTE de todos los ciudadanos de Barinas, y por lo tanto, debe ser más cauto, tolerante y diplomático a la hora de hablar de ellos para que el respeto sea un signo de alabanza. Es preciso prescindir de la superioridad que puedan otorgar la edad, los honores, las riquezas o el poder. Respetar significa preocuparse para que la otra persona crezca y se desarrolle tal como es; de esa forma, conseguirá un respeto mutuo que le dará fuerza en los momentos difíciles.
Sr. Lifante: Si entiende que el mejor de los consejos es hacer caso omiso de los consejos que le dan y decide batirse, porque considera que esto es un campo de batalla, entonces le damos la bienvenida. Pensamos que el Sr. alcalde ha puesto a la zorra a guardar gallinas. Sus razones tendrá, pero desde IUMA, le auguramos cuatro años muy intensos, y vaya con ojo avizor porque a la zorra también se le ha aparecido el lobo.